En el siglo XXI se ha experimentado un cambio en la fórmula de consumo. Ahora se busca más el servicio que la propiedad de este, el disfrute por encima del tener.
Hace tiempo que el valor material en las Empresas dejó pasó al inmaterial e incluso, muchas de las grandes compañías de nuestro mundo son aquellas sin propiedad alguna más allá de su capital intelectual.
Nos encontramos con la gestión de las maquinarias y de los equipos necesarios para que las compañías funcionen en su día a día.
Si optamos por la opción del renting, podremos obtener todo el equipamiento tecnológico que necesitemos en nuestra operativa sin tener su propiedad, beneficiándonos de su uso y disfrute sin los problemas que implica la propiedad
El renting supone que pagaremos una cuota mensual por estos equipos, en lugar de tener que abonar todo su coste de manera inmediata como sucedería en una compra además sorteamos su devaluación
Con el renting tendremos la flexibilidad necesaria para actualizar nuestro parque de dispositivos cuando sea necesario.
Además de las ventajas fiscales que ello conlleva como la desgravación del iva e impuestos de sociedades, al ser un servicio no un producto financiero y en cuanto a la cuenta de resultados mientras que los equipos comprados se anotan como CAPEX y lastran las pérdidas de la organización, los alquileres figuran como OPEX y, por ende, como un gasto corriente más.
